El Parque Pinar
Diversión, cultura y relax... allá dónde late un corazón silvestre.
El Parco Pineta ofrece numerosas posibilidades para los amantes del senderismo y de los itinerarios en bici de montaña: numerosas sendas atraviesan esta área verde, no lejos del valle, formada por el curso del río Olona.
Una selva de llanura arraigada en el territorio, viva y rica de naturaleza, de actividades forestales, agrícolas y sociales; este es el principal contenido ambiental y el horizonte de actividad del Parque. Muchas especies animales y vegetales han elegido su residencia aquí; el Avejero europeo que llega en primavera de África, el Azor que ha reconquistado la zona después de centenares de años, el Parido, el Tritón crestado habitante de los estanques y la Ardilla roja rey de las copas silvestres.
Dominan la escena arbórea el Pino silvestre, con colores que enriquecen el paisaje y la Encina farnia, verdadero sostén del bosque, a sus pies, la Vinca y el Diente de perro con flores moradas tenues, constituyen la alfombra adamascada del bosque.
Los bosques del Parque, 3500 hectáreas sobre las 4800 totales del Parque, son una importante huella verde de la antigua selva padana y constituyen una importante península natural, un corazón silvestre que se clava en el zona más urbana de la llanura.
Un punto naciente fundamental de la red ecológica lombarda, en la que la actividad de administradores, dependientes y voluntarios, tratan diariamente de tejer un complejo tapiz humano y natural que conserve y mejore el territorio, el primer recurso para el futuro del hombre.
El Parco Pineta ofrece numerosas posibilidades para los amantes del senderismo y de los itinerarios en bici de montaña: numerosas sendas atraviesan esta área verde, no lejos del valle, formada por el curso del río Olona.
Una selva de llanura arraigada en el territorio, viva y rica de naturaleza, de actividades forestales, agrícolas y sociales; este es el principal contenido ambiental y el horizonte de actividad del Parque. Muchas especies animales y vegetales han elegido su residencia aquí; el Avejero europeo que llega en primavera de África, el Azor que ha reconquistado la zona después de centenares de años, el Parido, el Tritón crestado habitante de los estanques y la Ardilla roja rey de las copas silvestres.
Dominan la escena arbórea el Pino silvestre, con colores que enriquecen el paisaje y la Encina farnia, verdadero sostén del bosque, a sus pies, la Vinca y el Diente de perro con flores moradas tenues, constituyen la alfombra adamascada del bosque.
Los bosques del Parque, 3500 hectáreas sobre las 4800 totales del Parque, son una importante huella verde de la antigua selva padana y constituyen una importante península natural, un corazón silvestre que se clava en el zona más urbana de la llanura.
Un punto naciente fundamental de la red ecológica lombarda, en la que la actividad de administradores, dependientes y voluntarios, tratan diariamente de tejer un complejo tapiz humano y natural que conserve y mejore el territorio, el primer recurso para el futuro del hombre.